jueves, 3 de septiembre de 2015

Las vacaciones y el regreso a la rutina

Estoy en el barco de regreso a casa y antes de quedarme dormida me vienen a la mente todas las cosas que voy a cambiar en mi vida... Con la conciencia feliz porque he encontrado muchas respuestas a episodios de mi vida me abandono en un profundo sueño reparador.

"Vacaciones", mágico nombre que se nos pone al final de la meta de un año de continuo trabajo. Creemos que allí está la salvación, será nuestra medicina, será la ayuda que necesitamos para seguir viviendo el día a día.

¿Cuántas veces hemos sentido que ya no podemos más, que necesitamos verdaderamente un descanso?.
 Quizás y sólo quizás ¿no será que nuestra mente sabe que el descanso está a la vuelta de la esquina?...
Muchas veces me he preguntado por qué ponemos tantas expectativas en este período del año, por qué nos hace tanta ilusión salir de nuestra vida cotidiana por unos pocos días para luego volver a la rutina que nos hace olvidar lo vivido en tres o cuatro semanas y volver a mirar el calendario con la ilusión puesta en el primer puente para "descansar" de nuevo.

¿Qué sucede en nuestra vida que se nos olvida disfrutar plenamente el momento presente estemos donde estemos?
¿Qué nos pasa que aún no somos capaces de darnos cuenta que el momento plenamente vivido es el presente?

Bien es cierto que en determinados momentos necesitamos un cambio de actividad, como un valle que aprovechamos para "desconectar" haciendo cosas muy distintas. Estos períodos se pueden aprovechar como descanso de la actividad mental.

 Sin embargo, es posible también disfrutar de lo que hacemos a diario, de nuestro trabajo, de nuestra familia, de los amigos.
Podemos sentirnos de vacaciones en cualquier momento y en cualquier lugar disfrutando plenamente del presente.
Podemos declarar cada día "día de celebración", podemos celebrar que estamos vivos, podemos celebrar que tenemos un día más para aprender, para amar, para reír, para crecer en definitiva. 
Si vivimos pensando en lo que no tenemos desgraciadamente estamos alimentando nuestra desgracia que cada vez será mayor, tenemos que vivir siendo agradecidos con lo que tenemos y así nuestra dicha será cada vez mayor.
Cuando practiquemos esto
ya no estaremos pendiente de las fechas porque habrá un sinfín de vacaciones a lo largo de nuestra vida, y cuando disfrutemos del descanso con la perspectiva del reposo de nuestra mente y nuestro cuerpo para comenzar otro ciclo con mayor energía, con ideas renovadas, con cambios que favorezcan nuestro bienestar y el de los que nos rodean el sentido de nuestras vacaciones cambiará.
 Nos alegraremos porque será un tiempo de reposo y mañanas dormidas, de encuentro con la familia y días salinos. De paseos con las manos entrelazadas. En fin, de disfrutar de todas esas cosas sencillas que podemos hacer en cualquier momento de nuestra vida.


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