Estamos acostumbrados a no hablar de este paso que forma parte de nuestra vida tanto o más que el nacimiento.A través del Reiki he tenido la oportunidad de acercarme un poco más a esta parte de nosotros que tanto nos asusta y tememos.
Cuando una persona está en el tránsito entre la vida y la muerte he podido sentir a través del Reiki que a pesar de que su cuerpo físico está mal, fallando, deteriorado, su alma poco a poco va encontrando la armonía.
Es un sentir que me ha ayudado a dejar atrás todos los miedos que tuve durante años.
Tengo que agradecérselo a todas aquellas personas que han permitido acercarme a ellos en este momento tan importante de sus existencia.
Con ellas he aprendido que la vida es sólo una escuela donde nos preparan para algo más elevado. Me han dado la oportunidad de sanar sus miedos en la medida que sanaba los míos y ver sólo aceptación y amor donde antes veía miedo, deterioro y enfermedad.
Invito a todos los practicantes de Reiki a que no pierdan la ocasión de participar en estos momentos tan importantes, tan tremendamente íntimos para los seres humanos y canalizar la energía del Amor, para traer paz y equilibrio y disolver los miedos que tienen todos los seres que están a punto de partir.
El Reiki ayuda a despegar el cuerpo sutil, el alma, del cuerpo físico. Ayuda a disipar no sólo los dolores físicos, sino también los dolores emocionales que puedan ocasionar la incertidumbre de lo que les espera "al otro lado".
El Reiki ayuda a la persona agonizante a equilibrarse interiormente y prepararse para la trancisión.
En definitiva, el Reiki sirve como experiencia espiritual para ambos.
Fuente: Manual de Reiki segundo nivel , Alianza Española de Reiki
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